lunes, 21 de mayo de 2007


Estarás ciego en el momento menos indicado, cuando todo se vuelva una realidad explícita en el momento de los hechos.
Te caerás y no podrás ver el camino elegido, pero siempre tendrás tus pies en el lugar adecuado, con las pistas desunidas en la claridad de tus ojos.
Estarás ciego cuando ya nada puedas ver, tus manos tu espanto te tendrán aferrado al suelo, con tu alma rebosada entre las hojas secas de un otoño tímido.